Los días que pasan

Salir de la ciudad en esta época de invierno significa correr el riesgo de quedar atrapado en algún derrumbe. Podemos decir entonces que el problema vial corresponde a una improvisación en el manejo de las vías por parte del Estado. Si cada municipio en el área de su jurisdicción atendiera adecuadamente el manejo de sus carreteras no tendrían porque presentarse estos inconvenientes.

Nos preguntamos : ¿cuál puede ser la mejor manera de atender las vías nacionales, departamentales y municipales? Se ha dado la privatización de algunos tramos de vías, estas son sostenidas mediante el cobro de peajes, lo que se obtiene del recaudo va al sostenimiento y mejoramiento de las mismas . Otras carreteras se adecuan mediante planes de infraestructura, diseñados en los departamentos de planeación de las gobernaciones , en cuanto estas vías son de carácter departamental. Según dice el Gobernador de Antioquia, las necesidades desbordan el presupuesto para nuevas vías y el sostenimiento de las que hay. Cuando se trata de imponer un peaje para alguna vía se convierte la propuesta en un problema de orden público. Se ha dicho que se debe dotar a los municipios de de  equipos mecánicos para que cada uno atienda los problemas que se presentan en las carreteras de su jurisdicción, pero han considerado que es un despilfarro porque los alcaldes no saben manejar estos recursos o los destinan para obras diferentes como construir accesos a las fincas de sus amigos, muchas veces con grave deterioro del medio ambiente y han señalado casos puntuales en los municipios de Jardín y Andes, en la década pasada.

Por lo anterior se requiere, entonces, una buena y permanente  gestión de los  alcaldes, ante las diferentes oficinas del Estado para que las vías de sus municipios sean óptimas.

En mi opinión la mejor gestión de  burgomaestre es  dar un buen mantenimiento a las carreteras y otras vías de comunicación de su municipio, como son los caminos de herradura, todo lo anterior,

El agua que brota de la montaña El Romeral se desborda sobre la carretera.

La quebrada se desbordó sobre la vía a Angelópolis

para que la población pueda movilizarse con comodidad y sirva de impulso al turismo.

El invierno actual ha causado de enormes daños en las vías y  otros no menos cuantiosos como son los que han afectado las viviendas  y negocios comerciales. Esta  temporada invernal ha sido una de las más severas que se conocen y ha dejado una enseñanza a las próximas generaciones:  se debe estar más atento con el manejo del medio ambiente y para quien atente contra él, debe haber tolerancia cero, de lo contrario cada vez vamos a ver más y más tragedias y cuando vuelvan a ocurrir, podrá ser demasiado tarde para sobrevivir al desastre.

Vida cotidiana: los desastres del invierno

La primera avalancha se presentó en el sector del Himalaya el 19 de julio yluego siguieron las del 14 y 20 de noviembre, estas avalanchas arrastraron lodo, piedra, escombros y material vegetal,   que corrieron por todo el cauce de la quebrada la Josefina y al desbordarse la misma,  arrasó con toda la vegetación de  la zona de retiro de la quebrada y destruyó viviendas. muebles, enseres y animales. Desde los derrumbes del 19 de julio, muchos de los damnificdos han estado, inclusive con derechos de petición, solicitando que se de alguna solución al problema y ayuda a quienes lo han perdido todo. La administración, aunque se le ve su buena voluntad, no resuelve nada, hay mucha tramitologia y papeleo. El problema es no solo de calamidad sino que además tiene que ver con el orden público, es decir, se deben tomar medidas de orden público,  tomando de este rubro del presupuesto los dineros que sean necesarios para dar solución inmediata de techo y alimentos a los que perdieron sus viviendas, granjas, sus talleres y sitios de labor. La situación es grave. El plan de ordenamiento territorial de la Estrella tiene el sector como área de alto riesgo, pero era una zona donde este riesgo se podía mitigar. Los vecinos solicitaron a la administración que interviniera el lecho de la quebrada desde el mes de julio y no lo hizo. Ahora se dice que hubo un mal manejo de las aguas residuales por parte de los habitantes del sector, esto es posible, pero se requería además que la administración municipal de inmediato interviniera la cuenca de la Josefina e inspeccionara la zona para tomar las medidas que fueran conducentes para mitigar el desastre.

Diario vivir

Paciencia. Paciencia es lo que se necesita para restaurar mi blog del día, después de luchar contra un virus, quien sabe de que clase,  que no me dejaba avanzar. Decía en él,  que hoy tenía paciencia casi de santo mirando desde el bacón a que escampara para salir a caminar. Nada que se pudo. Una nube negra de tamaño de la ciudad se fue desmoronando a gotas y desupés en estampida torrencial.  Miraba la gente correr empapada a coger el transporte público. Prefiero quedarme encerrado, pues ya a mi edad, estoy en uso de buen retiro y puedo aprovechar las horas para ver llover y quejarme. Pero no todo mi tiempo es inútil, ahora mismo, ayudo a una familia en la tramitología que se requiere para conseguir alguna indemnización por causa de la avalancha que destruyó su vivienda en la Estrella, en la parcelación Himalaya.  Desastre natural, acompañado del manejo ambiental de la zona. Escuché decir al Alcalde, en la noche del jueves, que el insuceso debe ser tomado como una oportunidad para corregir todo lo malo que se ha hecho en la zona.  Pero lo que se dice es lo que se viene diciendo desde hac tiempo. La prueba de ello es el Plan de Ordenamiento Territorial de dicho municipio. El territorio donde está  asentado el pueblo tiene la Cordillera El  Romeral, como sus cerros tutelares. Esa riqueza  ambiental debe cuidarse como un tesoro.  Muchas de las personas que viven en  sus laderas, en casas fincas, a orillas de las cuencas hidrográficas de esa montaña, se olvidan que en el invierno sus quebradas se crecen y arrasan;  por ello se requiere el buen cuidado que tengan en sus propiedades,  del manejo de los alcantarillados y  de los desagues de los  galpones y  de las caballerizas.  Ahora con las avalanchas del 19 de julio y del 14 y 20 de noviembre  en el Himalaya y Ancón Sur, hay más de una veintena de damnificados buscan apoyo en la Alcaldía pero hay demasiada tramitolgía. Conozco solicitudes de ayuda envíadas desde el mes de julio y la respuesta no les ha llegado. En muchos casos se aduce que los damnificados tienen alguna solvencia económica, pero lo cierto que el verbo debe conjugarse en pasado: tenían alguna solvencia ecómica y lo perdieron todo, hasta la cobija. El granjero por ejemplo se quedó sin sus pollos de levante, sin sus codornices y sin sus gallinitas cubanas. Era  una dicha pasar por ahí y ver el aseo y orden en que mantenía todo. El lodo acabó hasta con el nido de la perra, esta sobrevivió después de que se la trago la alcantarilla y con su nadaíto de perro, pasó al otro lado. No así el caballo que se lo tragó la reja y la taponó. De esa embergadura fue el derrumbe. Ahora mismo hay máquinas sacando el lodo  y los escombros. Las volquetas tienen que hacer largos recorridos para llevar el material a las escombreras, hasta tres horas por viaje. Luego la restroescabadora se irá quebrada arriba, es decir por el lecho de la Josefina, volviéndola a su cauce.  Las aguas están desparramadas por toda la vertiente causando mucho daño. Las lluvias que se esperan para el mes de diciembre pueden agravar la situación.  La Alcaldía debe agilizar los trabajos de remoción de tierra. Mucha vivienda está desocupada. Hay alerta roja para todo el sector. Los dueños de las propiedades , quieren que se maneje la emergencia con mucha cautela, no quieren ver sus predios desvalorizados por palabras tales como zona de alto riesgo, zona de catátrofe, etc. Tienen razón, el daño está hecho  en los alrededores de la cañada y en la parte inferior de la zona. Las palabras que se pueden  utilizar para enfocar el problema son:  las  de zona de riesgo mitigable, que requieren buen manejo ambiental.

Diario Vivir

Un general invierno, sin medalla de soles, como nuestros generales de la república, me tiene renegando hace más de dos meses.¡Cómo no voy a renegar! Llevo todo este tiempo cargando una peste de gripa que a Dios gracias no es porcina, ni aviar, pero si me parece mucho a la llamada “mirada china”,  de la lejana época de mi niñez. Por las tardes se me congetiona la nariz, de modo tal, que se me escucha la voz, con tono nasal y me confunden con un turco, es decir hablo casi como el ya fallecido expresidente Turbay Ayala y su hijo, el ilustre ex-contralor de Bogotá, ahora en líos. Harto de esta gripa y por el trato familiar, pues  se confunden ellos, por verme en este estado y me mandan para el cuarto apenas se vislumbra por la ventana alguna nube negra. Además parezco disfrazado, me han regalado ruanas de cuadros rojos y verdes, bufandas, buzos, suéteres etc, todos ellos provenientes de ajuares femeninos, pero me dicen que eso no importa,  porque, que tal que se nos muera el abuelito. Pasaron los viejos tiempos en que decíamos, vamos a recibir la brisa de la tarde, o vamos a sentir el rocío de la mañana. o vamos a disfrutar de la llovizna o la garúa.  Quiero que vuelva el sol, caliente la montaña y esta carnita y estos huesitos, como diría Alvaro Uribe Vélez. Hace falta la calle y ver tanta niña bonita con ropa de verano.